domingo, 31 de enero de 2010

El retablo

El 5 de agosto de 1699 se firmó la escritura para la realización del retablo. Fue encargado a Juan de Ferreras, que era maestro mayor del Alcázar de Segovia y casas reales del entorno. Entre sus trabajos más destacados está su colaboración en el retablo mayor de la Capilla del sagrario de la catedral de Segovia, sus trazas en los retablos de San Antón y San Gregorio de esa misma catedral, y el retablo mayor de la Iglesia de Nuestra Señora de Miguel Ibáñez. Como maestro de arquitectura realiza obras en el Alcázar de Segovia y en los palacios de San Ildefonso y Valsaín.

El retablo fue encargado por el sacerdote D. Frutos Bartolomé Olalla y de Aragón que fue maestro de ceremonias de la Real Capilla de su Majestad Felipe V. El precio que pagó fue de ocho mil reales de vellón que serían en la actualidad unos 145.000 euros.

El retablo es un claro ejemplo del barroco de finales del siglo XVII. Consta de un alto banco, un cuerpo principal y un corpulento ático semicircular con lo que se sigue la apariencia de un retablo de tres cuerpos. El camarín de la Virgen está situado en el espacio central. Las calles laterales están ocupadas por dos lienzos que representan a San Nicolás de Bari y a San Frutos, patrón de Segovia.

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