domingo, 31 de enero de 2010

Presentación

La finalidad de este Blog es facilitar el conocimiento y la Devoción a Nuestra Señora del Pinarejo. Si estás interesado en participar te animo a que te pongas en contacto conmigo. Perdona los posibles errores debidos a mi falta de conocimiento en Informática. Un saludo para todos.

Bibliografía

  • Del Barrio, Eustaquio: “La Santísima Virgen en Segovia”. Segovia, 1954.
  • Cuesta Jorge, Luis, Martín Rodríguez, María Teresa y Agüero Bartolomé, Pedro. “ Nuestra Señora del Pinarejo, su Cofradía y su Ermita”. Imprenta Comercial. Segovia, 2003.

La devoción

El día 25 de marzo recibe el nombre de la fiesta del Pinarejillo. Ese día se baja a la ermita a rezar el Rosario a la Virgen, ya que es la fecha en la que según la tradición se apareció la Santísima Virgen.


El día 2 de mayo, fiesta de San Segundo, se baja a la ermita y se sube a la Virgen en procesión hasta la Iglesia del pueblo.

La fiesta principal de la Virgen del Pinarejo se celebra el Domingo siguiente a Pentecostés (el Domingo de la Santísima Trinidad). Ese día se celebra la Misa en la ermita. Como preparación a la fiesta, se realiza una Novena en la Iglesia parroquial de Aldeanueva del Codonal (Segovia). La Novena consiste en la celebración de nueve Misas. Al final de cada Misa, se reza la oración de la Novena y se cantan a la Virgen dándola gracias o para pedirle favores.

Hay mucha devoción a la Virgen en el pueblo y en los alrededores. Se la invoca pidiendo favores de todo tipo mediante el avemaría y el Rosario y se cuentan múltiples favores atribuidos a su poderosa intercesión. Buena prueba de ello son los exvotos que adornan el camerino de la Virgen.

La Cofradía

Se fundó el día 15 de julio de 1671 con el nombre de la Esclavitud de Nuestra Señora del Pinarejo. El acta original se encuentra en el archivo diocesano de Ávila. En esta fecha ya existía la ermita y tenía un ermitaño encargado de su cuidado.

En sus orígenes, la Cofradía debió de tener dos tipos de cofrades: 16 llamados esclavos y 82 hermanos. En 1700 el total de cofrades era de 113 y procedían de 20 pueblos diferentes.
El primer Cabildo del que hay referencia por escrito fue el celebrado en el año 1700. El día 1 de septiembre de 1713, D. Frutos de Olalla y Aragón funda una capellanía. El 17 de febrero de 1761, D. Lorenzo Casado Pérez realizó una nueva fundación. D. Lorenzo Casado falleció el 10 de abril de 1763 y le sustituyó en la Capellanía D. Julián Ramón Cobo que fue relevado, al fallecer, por D. Dionisio Ramón de Nero el día 22 de agosto de 1798

En la actualidad, se celebra un Cabildo ordinario el Domingo siguiente a la fiesta de San Segundo (en el mes de mayo) y en él se nombra a los mayordomos para el año siguiente y se tratan los asuntos ordinarios de la Cofradía.

Algunos cantares

Al final de la Misa de cada uno de los días de la Novena, se cantan algunas de estas estrofas para pedir favores a la Santísima Virgen o para darle gracias por los beneficios obtenidos por su intercesión.

Yo no sé qué tienen Madre

esos tus ojos tan bellos,
sólo sé que al contemplarlos
se me graban en el pecho.


Hicieron tu santuario
en las cumbres del Voltoya
donde sus aguas se ríen
y su murmullo te arrolla.


Aquellos santos varones
que tu santuario hicieron
qué gloria estarán gozando
en el reino de los cielos.


¡Oh Virgen del Pinarejo!
¡Qué acompañadita estás!
a un lado tienes a San Frutos
y al otro a San Nicolás.

Eres Consuelo del triste
Auxilio del labrador
Madre de Misericordia,
échanos tu bendición.


Cuando yo era pequeñito
me enseñaron a cantarte
¡Oh Virgen del Pinarejo!
Yo nunca podré olvidarte.


Van cargados de emociones
a cantarte sus pesares
te piden por su familia
y te rezan una Salve.


La otra tarde va a unas niñas
bellas flores van cogiendo.
Decían son pa´ la Virgen
la Virgen del Pinarejo.


Tu eres Estrella del mar,
Refugio de los pecadores.
A tus plantas de rodillas.
Yo te pido mil perdones.


El día de San Segundo
vienes al pueblo, María.
La gente sale a tu encuentro
a darte la bienvenida.


Hicieron tu santuario
en un hermoso pinar,
donde los pájaros cantan
y te alaban sin cesar.


¡Oh Virgen del Pinarejo!
¡Oh relumbrante Señora!
que brillas más que un lucero
al aparecer la aurora.


Tu eres la imagen más Pura,
eres la imagen más bella,
eres el faro que alumbra
a todos los de Aldeanueva.


En la Iglesia, tus novenas
y en tu ermita romería.
Allí todos nos reunimos
con la Virgen: alegría.


Cuando yo era pequeñito
me enseñaron a cantarte
¡ Oh Virgen del Pinarejo,
yo nunca podré olvidarte!


El que nace en este pueblo,
aunque muy lejos se marche,
siempre llevará en su pecho
el recuerdo de tu imagen.


Eres consuelo del triste,
Auxilio del labrador,
Madre de Misericordia,
échanos tu bendición.

El retablo

El 5 de agosto de 1699 se firmó la escritura para la realización del retablo. Fue encargado a Juan de Ferreras, que era maestro mayor del Alcázar de Segovia y casas reales del entorno. Entre sus trabajos más destacados está su colaboración en el retablo mayor de la Capilla del sagrario de la catedral de Segovia, sus trazas en los retablos de San Antón y San Gregorio de esa misma catedral, y el retablo mayor de la Iglesia de Nuestra Señora de Miguel Ibáñez. Como maestro de arquitectura realiza obras en el Alcázar de Segovia y en los palacios de San Ildefonso y Valsaín.

El retablo fue encargado por el sacerdote D. Frutos Bartolomé Olalla y de Aragón que fue maestro de ceremonias de la Real Capilla de su Majestad Felipe V. El precio que pagó fue de ocho mil reales de vellón que serían en la actualidad unos 145.000 euros.

El retablo es un claro ejemplo del barroco de finales del siglo XVII. Consta de un alto banco, un cuerpo principal y un corpulento ático semicircular con lo que se sigue la apariencia de un retablo de tres cuerpos. El camarín de la Virgen está situado en el espacio central. Las calles laterales están ocupadas por dos lienzos que representan a San Nicolás de Bari y a San Frutos, patrón de Segovia.

La ermita



Se sitúa a unos tres kilómetros del pueblo de Aldeanueva del Codonal (Segovia). Está cerca del lugar en el que se cruzan la Cañada Leonesa Oriental con la carretera de Segovia a Arévalo, lugar del que parte el cordel denominado Camino del Moro, a orillas del río Voltoya y próxima a un manantial conocido como Fuente de la Virgen.

Existió un edificio anterior al que hoy se contempla con el nombre de “Hermita del Pinarexo” o simplemente “El Pinarexo”. Delante de ese edificio debió de erigirse una cruz de granito que se conserva frente a la entrada principal de la ermita, en cuyo pedestal aparece la fecha de 1566

El edificio actual se erige en el mismo sitio en el que se levantó un edificio anterior, de menor tamaño, también dedicado a Nuestra Señora del Pinarejo.
El aspecto actual de la ermita responde a las reformas y ampliaciones realizadas a lo largo de tres impulsos constructivos fundamentales. En la segunda mitad del siglo XVII se inicia la reforma de la iglesia, desmantelando solamente la cabecera de la antigua ermita y manteniendo en pie el resto del edificio. Con posterioridad, en 1738, se decide la demolición de la nave que quedaba en pie, ejecutándose la actual, quedando la ermita concluida. Hacia 1800 tiene lugar la última campaña constructiva, probablemente por iniciativa de los cofrades, erigiéndose la edificación adosada a los pies de la iglesia para acoger la llamada Sala de los Hermanos o del Cabildo, así como la vivienda del santero.

El conjunto, aunque realizado en distintas fases, parece responder a un criterio unitario, logrando la integración armónica de las sucesivas fábricas. Su trazado en la planta se organiza mediante el empleo de una geometría sencilla basada en el cuadrado y en el círculo, que podríamos calificar de funcional, como respuesta a la lógica demanda de facilidad constructiva. Espacialmente se articula a través de volúmenes cúbicos, tan del gusto de barroco, que se traducen claramente en los alzados. La ermita constituye un espacio unitario bien iluminado y con excelentes condiciones acústicas y visuales, pudiéndose abarcar el interior de un solo golpe de vista.

Se utilizaron en la construcción las tapias de calicanto aprovechando la abundancia de cantos rodados dada la proximidad del río. Se refuerzan con machos de ladrillo en verrugadas y cadenas y en las esquinas, utilizando también el ladrillo para la ejecución de los contrafuertes y una línea de imposta resaltada bajo el nivel de las ventanas, que recorre el perímetro de la Iglesia. El ladrillo se ha empleado también para componer el alzado del zócalo ( hoy cubierto por una gruesa capa de mortero de centeno) y formar la línea de cornisa bajo el tejado, explotando al máximo su potencial ornamental en la construcción de los vanos y la espadaña. El pavimento también estuvo ejecutado en ladrillo. Todavía se conservan restos del solado original en la sacristía y el coro.

La antigua imagen

Aparece con el título de “verdadero retrato de Nuestra Señora del Pinarejo”. Se trata de un aguafuerte, posiblemente del siglo XVIII en el que la imagen de la Virgen aparece rodeada por seis escenas, que narran otros tantos hechos en los que la poderosa intercesión de la Virgen protegió la vida de sus devotos. Dicha imagen aparece en la parte derecha del Blog

La imagen actual

La imagen

Las esculturas de la Virgen y del Niño son dos tallas independientes realizadas en madera de pino. La imagen de la Virgen es una figura de vestir con la cabeza y las manos talladas y policromadas al óleo sobre una preparación de estuco. Mira al frente y sostiene al Niño en su mano izquierda, y con la derecha sujeta una pieza que permite colocar un ramo.

Los cabellos de la Virgen son de pelo natural y los vestidos son siempre de espléndidos mantos que dan calor testimonio de la devoción a esta imagen. Se completa el ornamento con una rica corona.

La figura del Niño es exenta, está coronada y sujeta en la mano un orbe rematado con una cruz metálica.

Historia

Historia

Según cuenta la tradición, la Santísima Virgen se apareció en el pueblo en el 1.400, aproximadamente. El primar dato escrito sobre la Virgen del Pinarejo es del día 8 de octubre de 1591: “Fallecido Pedro González, cura párroco de este lugar de la Nava de Coca, otorgó testamento antes Andrés Ayala, escribano de Coca (...) mandó cuatro reales para la ermita de Nuestra Señora del Pinarejo (“Crónicas de medio siglo” de Amador de Morugán y Benjamín Redondo)